Cuando recorremos el Valle de Punilla, ubicado entre los
cordones serranos de las Sierras Chicas y el Cordón Central, es inevitable
visitar la localidad de La Cumbre.
La Cumbre es un pueblo con mucha historia, una leyenda
construida por aquellos primeros pobladores británicos que vieron un lugar
único para vivir en la cercanía a las sierras. Su hermoso clima a pleno sol y
sus atardeceres impactantes son un deleite para los ojos y el alma; es un sitio
encantador con gente amable y habitada por grandes personalidades que deciden
ser parte de la tranquilidad y el anonimato que muchos anhelan.
No todos encuentran el concepto preciso; a la hora de
definir porqué eligen La Cumbre para vivir y crear, las ideas se esfuman como
los colores de las pinturas de Miguel Ocampo, quien vivió 35 años en este
pueblo de aires ingleses enclavado en el Valle de Punilla cordobés. Antes había
llegado Manuel Mujica Lainez, cuya estancia quedó unida para siempre con el
lugar. Compró la casa porque el nombre escrito en el cartel fue “magia” en su
subconsciente: “El Paraíso”. Antes todavía fueron los serranos y los ingleses,
quienes dejaron sus improntas por separado y en fusión. Desde hace pocos días
La Cumbre es Poblado Histórico Nacional.
“Es que el pueblo
es muy especial, muy completo por su gente, por sus espacios, por ofrecer
alternativas para la vida cultural, deportiva y en comunidad.”